Editorial
Queremos cambios más contundentes en la vivencia de nuestros derechos sexuales y reproductivos y celebramos las conquistas alcanzadas entre todas.
Construcción de políticas públicas que recogen las propuestas de las organizaciones de mujeres, los acuerdos internacionales y otros avances relacionados con los derechos sexuales y reproductivos se han venido asumiendo en algunos de los países de la región sobre todo de Sur América, en contravía con los pocos adelantos que en la mayoría de países de Centro América y del Caribe que aún luchan por lograr resultados más contundentes en el tema.
De otra parte, se encuentran progresos en aditamentos que ayudan a las mujeres a vivir con menos molestias su periodo, se destacan las copas para mestruar y las copas para que las mujeres puedan orinar de pie, así mismo cada vez hay progresos en la producción de tampones, toallas higiénicas que hacen más amable estos ciclos; son entre otros los avances que hoy son realidad en el mundo, gracias a la tarea histórica realizada por los movimientos feministas, y que ha permeado la ciencia, la academia, la industria y otros sectores que tienen papel clave en la innovación y en la mejoría hacia prácticas más dignas y responsables con la salud sexual y reproductiva de las mujeres. En América Latina y en grupos aún minoritarios se han ido instalando algunos de estos nuevos dispositivos como en Argentina, Chile, Colombia, Uruguay. Popularizarlos requiere de políticas públicas que apunten a la producción en gran volumen y de buena calidad, políticas que permitan costos adcéquible, que se incluyan en la canasta familiar básica.
En varios países de la región se ha logrado gracias a las luchas colectivas de las mujeres la despenalización del aborto sobre todo en tres causales: peligro de la salud y la vida de la mujer, por malformación del feto y por violación; sin embargo, las barreras institucionales , el desconocimiento generalizado y la falta de información, la intervención de la iglesia, la falta de voluntad política, la objeción de conciencia por parte del personal médico, en muchos casos, son factores que siguen impidiendo que las mujeres vivan tranquila y plenamente el derecho al aborto y a decidir sobre su cuerpo.
En el continente, sobre todo para las mujeres indígenas, campesinas, mujeres afro, la vivencia de sus derechos sexuales y reproductivos y de una salud plena, es una deuda institucional, que necesita acciones potentes por parte de los estados para que empiece a cambiar. Son ellas las más afectadas por la carencia de los servicios mínimos, la atención especializada, inexistencia de centros hospitalarios y de salud, o cuando los hay, están alejados de sus territorios, hecho que implica para las mujeres, o prescindir del servicio o asumir una carga en los costos de transportes y alimentación el día que debe cumplir con las citas médicas o exámenes especializados.
En pleno siglo XXI persiste en varios países de la región la mortalidad materna, la morbimortalidad por cáncer de seno y de cuello uterino, la falta de educación sexual, la violencia ginecoobstetra, los embarazos en adolescentes, el crecimiento del embarazo en las niñas que según el estudio “Niñas Madres. Embarazo y maternidad infantil forzada en América Latina” realizado por el Comité de América Latina para la defensa de los derechos de las Mujeres CLADEM llega a la cifra de 39.994 de niñas embarazadas en los 10 países de la región donde se hizo la investigación.
La implementación de políticas públicas y potenciación de programas que atiendan integralmente en sus derechos sexuales y reproductivos a mujeres con VIH Sida, mujeres con discapacidad, mujeres LBT, mujeres adultas mayores, son algunos de los asuntos de las agendas para los colectivos de mujeres en Latinoamérica, en los próximos años, aunado a ello se encuentra lo avanzado en el punto 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre mujer y género, que logró incorporar asuntos referidos a los derechos sexuales y reproductivos, más los nuevos avances que seguramente se alcanzaran en los encuentros internacionales que tendrán lugar este año.
El panorama tiene sabor agridulce, porque pese a los adelantos en la vivencia de los derechos sexuales y reproductivos para muchas Latinoamericanas, también son muchas las que todavía no los han podido ejercer, o se les siguen negando.
La realidad también permite celebrar y sentir orgullo por lo que representa para todas, ser partícipes de la revolución histórica alcanzada, pese a la intromisión permanente de los fundamentalismos religiosos, la cultura patriarcal. Celebrar y sentirnos orgullosas por las mujeres que han podido abortar de manera segura, por las jóvenes que hoy abanderan la defensa y el posicionamiento del tema en diferentes escenarios, celebrar por las mujeres que se han empoderado y hoy tienen otra mirada respecto a su cuerpo y a su salud, celebrar por las que ya deciden sobre su cuerpo y lo asumen como su primer territorio de derechos.
En esté número de la Red Va, las reflexiones de Laura Bretón Despadrel, joven abogada integrante de la organización CIPAF de República Dominicana, como siempre los adelantos referidos al tema del derecho a la educación y lo sucedido en Brasilia en el marco del tema Confintea que comparte Imelda Arana, también hacemos una invitación especial para que conozcan la experiencia de la compañera Isabel Martínez sobre la inauguración de la liberaría para Mujeres “el Telar de la Palabras”.
Equipo Red Va
Mayo